Café molido con extra de cardamomo Hamwi 180g
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Café molido con extra de cardamomo Hamwi 180g

7,35 €

Ingredientes: granos de café muy molidos, cardamomo

Preparación de café oriental

-Disponer de una taza de café con agua a temperatura ambiente.

-Verter agua en una rakweh (cafetera oriental, cezve)

-Añadir una cucharadita de café molido (y azúcar si es necesario) al agua.

-Mezclar continuamente a fuego lento hasta que la mezcla hierva.

-Verter inmediatamente en la taza de servir.

-gusto

Cantidad

Más conocido como café turco (türk kahvesi ) por la difusión del método de preparación a través del Imperio Otomano, el café en Oriente Medio es sinónimo de convivencia y socialización. Al ser parte integrante del modo de vida, una especie de orgullo, el café se sirve en todo tipo de ocasiones, desde las reuniones previas a la propuesta de matrimonio hasta los rituales funerarios o los encuentros amistosos cotidianos. Es costumbre preguntar a los invitados cómo prefieren el café -puro o sin azúcar (sada), medio o bajo en azúcar (wasat) o dulce (helwé)- y, si es necesario, preparar varias jarras, endulzadas de forma diferente. El café fuerte y amargo (kahwé mura) se reserva simbólicamente para las ceremonias fúnebres, donde la ausencia de azúcar refleja el tono oscuro de la ocasión.

El café oriental se elabora con granos de café de calidad, que se tuestan y se muelen muy finamente. Según el gusto, se deja al natural o se aromatiza con cardamomo. La preparación del café, por sencilla que sea, es un ritual del que nunca nos cansamos a lo largo de las generaciones. En un rakweh, el café molido (y posiblemente el azúcar) se vierte en agua fría y se remueve continuamente a fuego lento hasta que la mezcla hierve.  La mezcla no debe hervir y debe retirarse en cuanto haga espuma. Se pueden verter algunas gotas de agua fría para asentar el orujo. Por último, el café se vierte en bonitas tazas y se sirve inmediatamente. El café así preparado se disfruta caliente, chupando la bebida para no tragar la tierra. Una vez terminado, se acostumbra a verter la taza en el platillo y a leer el futuro en los rastros que dejan los posos del café en el borde o en el fondo de la taza.

Y aunque servir el café es una agradable formalidad para el anfitrión, no es una excepción a la regla. Al final de la degustación, los invitados deben expresar la famosa palabra mágica: Daïmé, que significa "para siempre", expresando el deseo de que la casa en la que se ha servido el café sea siempre tan generosa como siempre.

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